Enseñanzas para el liderazgo
Diego se dedica a la doma natural de caballos. También realiza talleres personalizados y para grupos según las necesidades de sus clientes. Pero, ante todo, Diego es un enamorado de los caballos. Los ha estudiado, los conoce, le apasionan y sabe que aún le queda mucho por aprender de estos nobles animales que dejan al descubierto nuestra personalidad cuando nos relacionamos con ellos.
A través de su forma de mirar al caballo y de lo que me enseñó en la pista, éstas son algunas de las enseñanzas que me llevo de Diego para aplicar a las bases de una buena comunicación para un liderazgo efectivo. Me explico.
El caballo es un animal herbívoro y, por lo tanto, candidato a ser presa. Su instinto de supervivencia le llevara a huir en vez de luchar. Es comprensible que sea un animal que esté constantemente a la defensiva cuando siente que un hombre o una mujer lo llevan desde el miedo o la agresividad. En este caso, el caballo no va a dejarse liderar. Desprendemos sustancias muy parecidas cuando nos sentimos amenazados (con miedo) o cuando estamos agresivos. El caballo, para que te responda favorablemente necesita sentirte relajado, confiado y con firmeza.
Traslademos el símil al ámbito de las relaciones laborales. Si necesitas crear temor o mantener una actitud agresiva con tu equipo u organización, pregúntate a qué o a quién le tienes miedo y por qué te sacan de tus casillas.
La diferencia entre caballos y humanos es que los primeros evalúan únicamente desde el instinto y la emoción que les genera; nosotros, sin embargo, tenemos unos cuantos artilugios culturales que nos permiten hacer balances ponderando desde la razón, con la que algunas veces llegamos a justificar incluso lo injustificable…
Por tanto, desarrollar la inteligencia emocional es esencial para un liderazgo efectivo, tanto si es para “domar” caballos como para llevar equipos porque gran parte de lo que nos mueve son las emociones.
El sentido de supervivencia del caballo les ha llevado a preferir la manada que la soledad para asegurar su bienestar y, el líder suele ser la yegua más experimentada. Saben que asumir el liderazgo implica asumir responsabilidades y respetan el rol. Fue entonces cuando Diego me precisó que los caballos cuando lideran es para mantener la paz en la manada: el bien común. Pero puntualizó: “No nos llevemos a engaño, el caballo nos sigue porque sabe que le vamos a cubrir gran parte de sus necesidades: la supervivencia, la alimentación y la reproducción y siempre mediante un proceso de negociación. Si percibe que no le haces daño, que le aseguras el alimento, tienes dos de sus tres necesidades cubiertas”.
Le pregunté entonces a Diego qué era para él un buen líder: “Un buen líder es aquel que, llevando a cabo un proyecto, se preocupa por el bienestar de las personas que lo llevan a cabo”.Gran y sencilla lección.
Efectivamente, liderar significa en gran parte cerciorarse de que las personas de un equipo u organización se sientan a gusto para desarrollar eficazmente su trabajo. Son imprescindibles buenas herramientas de comunicación, gran capacidad de escucha y la predisposición a crear vínculos desde los que generar confianza. Y para ello es crucial tanto el autoconocimiento como interesarte por quiénes y cómo son las personas que lideras.
En conclusión, desde la doma natural de caballos, es más fácil ver con claridad la diferencia entre liderar y someter. ¿Con qué te quedas tú?
Comentarios recientes