Alexandra
Farbiarz
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Soluciones para el bienestar personal y la sostenibilidad

El cambio es una constante vital por más que las personas busquemos en nuestras costumbres cierta seguridad. La rapidez de los cambios tecnológicos comporta, a su vez, muchos otros cambios sobre nuestras vidas que no siempre, como sociedad, sabemos digerir por más que también nos supongan grandes ventajas.

En este contexto, la creatividad se convierte en un elemento adaptativo clave.

De hecho siempre lo ha sido, aunque no siempre seamos conscientes de ello, tal como trataba de explicar en mi post  “La creatividad la tenemos todos. Es lo que llamo la creatividad adaptativa, como describiré más adelante.

Sin embargo, podemos distinguir  distintos tipos o niveles de creatividad que, a su vez, nos proporcionan distintas posibilidades resolutivas… o de complicación, según las utilicemos.
Si les supiéramos conferir el valor que corresponden a cada una de ellas, quizás nos permitiría utilizarlas de forma más adecuada en función de la situación que vivimos o entrenar las que nos ayudarían a crecer. Hay momentos en que las combinamos. ¿Qué nos podría permitir si las utilizáramos más conscientemente en función del momento, situación o necesidad que atravesamos?

Éstas son algunas de las distinciones de creatividad que he podido observar:

 

 

·         Creatividad lúdica: la reconocemos fácilmente en los niños y resulta muy útil en estas edades para jugar los diferentes roles que queremos ensayar y que nos permitirán aprendizajes que nos acompañarán el resto de nuestra vida. Jugando aprendemos y podemos desarrollar, probar y entrenar nuestras capacidades y habilidades. La facultad de aprendizaje no se acaba en ninguna edad sino que se frena por no ejercerla… lo mismo ocurre con el juego y lo que creamos mediante el mismo. Y a lo largo de la historia los juegos de mesa han acompañado a los adultos lo que permite pasarlo bien y mantener nuestras facultades tanto lúdicas como relacionales… porque para muchos juegos se necesitan de varios participantes. El domino, el backgammon, los juegos de cartas son algunos ejemplos.
·         Creatividad sanadora: aquella que nos permite expresar determinados estados y que nos pueden ayudar a sanar determinadas heridas o transformar situaciones complicadas en situaciones más llevaderas. En este sentido, el arte terapia, la musicoterapia, por poner algún ejemplo, han demostrado tener una fuerza importante para muchas personas que necesitan elaborar lo que les ocurre, más allá de las palabras en estos casos. La creatividad sanadora también se puede hacer desde uno mismo cuando realizamos cualquier actividad que nos permite desplegar nuestras capacidades con otra finalidad que la puramente necesaria para sobrevivir. Desde hacer pachwork, ganchillo, como se ha puesto de moda en los últimos años, a pintar, escribir, etc. En definitiva es expresar (sacar presión hacia fuera) y nos produce alivio y satisfacción al realizarla.
·         Creatividad lógico-inductora: es aquella que provocamos intencionadamente porque sabemos que nos permitirá dar un giro que necesitamos ante determinadas circunstancias que nos hacen ver que no podemos seguir haciendo las cosas de la misma forma si queremos seguir evolucionando. En este sentido, las aplicaciones del pensamiento lateral, el Design Thinking o el Manual Thinking, por ejemplo, buscan crear las condiciones para pensar  “fuera de la caja”, es decir, fuera de la lógica por la cual comúnmente solemos resolver, accionar o reaccionar a las cosas, para ampliar posibilidades de mejora o de crear nuevos proyectos, productos o servicios.
·         Creatividad propulsora o impulsora: es aquella que utilizamos para dar un nuevo empuje ante determinados momentos en que hay que desbloquear una situación que nos lleva a un estancamiento. Como ejemplo, en determinados sectores se crean encuentros específicos para crear nuevas redes que permitan nuevos intercambios y posibilidades de negocio o colaboración que permitan un influjo propulsor de nuevas relaciones y que de allí surjan o se reconfiguren nuevas formas de organización en la que todos los participantes ganen. La Indagación Apreciativa es una técnica que da fuerza a este tipo de creatividad a nivel organizacional.
·         Creatividad detallista: es la que sabemos que pueden provocar pequeñas diferencias que sin embargo aporten gran calidad en nuestras relaciones o proyectos. En este caso, como ejemplo, aprovecho para rendir homenaje a mi madre, que, como tantas otras, tuvo la habilidad, con pequeños gestos de regalarme momentos mágicos que sirgo guardando en mi memoria y que utilizo como recurso para los niños que me rodean cuando sé que una pequeña cosita les puede proporcionar una gran sonrisa y asombro.
·         Creatividad artística: la que hemos aprendido a reconocer como la necesaria para lo que entendemos comúnmente como arte, si bien no siempre coincidamos en los criterios que entendemos como tal. Es la que sabemos reconocer en los artistas, desde pintores a escultores, desde novelistas a actores, desde bailarines hasta trapecistas.
·         Creatividad transdisciplinaria: aquella que activamos para poder obtener nuevas pistas de cuestiones complejas que requieren de conocimientos distintos. En este sentido, aún queda mucho camino por recorrer ya que en muchos campos, en lugar de escuchar otras perspectivas sobre una misma cuestión tendemos a leerlo desde las gafas desde las que hemos aprendido. Sin embargo, cada vez más, la interdisciplinariedad se valora más como medio para encontrar soluciones más ricas y sostenibles. En este sentido, en los últimos años, cuando se han llevado a cabo estudios con diferentes personas provenientes de distintas áreas del conocimiento se ha requerido cierta creatividad tan solo para poder ver cómo podían encontrarse las mismas. Por ejemplo, el paisajismo bebe de diferentes disciplinas como el urbanismo, la arquitectura, la jardinería o la biología.
·         Creatividad placentera: aquella que desarrollamos con la única finalidad de pasarlo bien, de crearnos un placer. Aquí ejemplificar es complicado puesto que cada uno tiene sus propias fuentes de placer que, a su vez, evolucionan con el tiempo y los descubrimientos que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida.

·         Creatividad adaptativa: es la que empleamos sobre la marcha para dar salida a lo que la vida nos presenta, la no pensada. Aquella que, una vez superada determinadas dificultades podemos valorar y decir: “nunca hubiera imaginado que se me pudiera ocurrir que esto lo habría podido hacer”. También puede recoger todas las anteriores en la medida en que las utilizamos para dar respuesta a cada una de las situaciones en que nos encontramos en la vida.

 

¿Y tú, qué otras formas de creatividad has observado? ¿Cuál de ellas te apoya o podría ayudarte?