Alexandra
Farbiarz
Mas

Soluciones para el bienestar personal y la sostenibilidad

En un mundo lleno de incertidumbres, desde las propias hasta las ajenas, es normal que todos busquemos espacios de confianza. Y este espacio, empieza por uno mismo. Si no confías en ti mismo, difícilmente confiarás en el resto de las personas que te rodean, o ni tan siquiera en las oportunidades que se te plantean…pero que no las ves y, por lo tanto, no puedes acogerlas.
La confianza necesita varios ingredientes, pero, sobre todo, necesita de uno mismo. Si, necesitas ponerte en tus propias manos y saber que, a pesar de tus propias circunstancias, a veces demasiado adversas, aún y así, te tienes a ti mismo. Y tenerse a sí mismo es considerar varias cosas y considerar tu ser y tus circunstancias, como, por ejemplo:
  • Uno tiene un universo propio de recursos y de dificultades. Las dificultades pueden tener forma de limitaciones, otras veces son palancas de nuevos aprendizajes, otras veces regalos que solo podrás entender al cabo del tiempo, y otras serán también un recordatorio que, para poder transformar según qué cosas, primero conviene saber de qué están hechas, aceptarlas para luego poder cambiarlas.
  • Todos tenemos capacidades creativas que nos ayudan a manejar mejor la realidad. Es decir, nuestra capacidad adaptativa nos empuja a buscar nuevas soluciones ante problemáticas determinadas. A veces pensamos que se nos repiten determinadas situaciones una y otra vez. En general, no es que se repitan exactamente igual, sino que nosotros reaccionamos del mismo modo ante determinadas circunstancias. La creatividad puede estar en un cambio de mirada de uno mismo y de la realidad en la que vive, en una apuesta por hacer cosas diferentes o a dejarse sentir cosas que nos negamos por hábito, por miedo o por comodidad.
  • No todo depende de uno mismo, pero sí depende de ti cómo las vivas. Si ante una situación te sientes muy tocado emocionalmente será porque algo ha resonado en ti y te mueve por dentro. Es bueno conocerse para confiar que esta emoción la puedes vivir sin que por ello te dejes arrastrar por la misma. Hay periodos de desiertos emocionales, periodos donde creímos perder todas nuestras referencias y coordenadas y no sabemos dónde olvidamos nuestra propia brújula. Pero estos periodos también son espacios donde se gestan nuevos enfoques, donde te cuestionas tus propias creencias, donde te das cuenta que lo que te servía antes ya no sirve ahora, periodos en los que haces limpieza mental, aunque a veces duela, periodos para dejar atrás lastres que te pesan, pero te resistes a soltar. Y hay que confiar en que pasará, y que, a pesar de ser el peor de tus enemigos en un momento dado, si te conoces bien, confiarás en tus recursos para salir adelante y poco a poco, o de repente, sentirás de nuevo esta compañera tan deseada: tu confianza.
  • Cuando no confías en ti mismo, recuerda que hay quien sí confía en ti. Y solo tú puedes saber quiénes son estas personas que te hablan desde el corazón para poderte sentir un poco más acompañado y te regalan esos momentos para que puedas reconocer tus propias herramientas, tus propias habilidades y capacidades y tu amor propio para volver a confiar en ti mismo. Si sientes que nadie te acompaña es que, definitivamente, no confías un ápice en ti mismo. Y lo que no vemos en nosotros es difícil que lo veamos en los demás. Cuidar de los que queremos es una extensión de querernos a nosotros mismos, aunque no lo creamos, aunque a veces recibamos cosas poco agradables después de lo que damos o creemos estar dando. Según que decepciones, por ejemplo, nos ayudan a replantearnos si estamos dispuestos a seguir con determinadas amistades o proyectos, quizás es que estamos cambiando de valores también.
  • Confiar en ti es también reconocer tu valía más allá de lo que vives o has vivido. El milagro es haber nacido. Entre millones de espermatozoides y unos cuantos miles de óvulos los que nos cruzamos somos una probabilidad entre millones. Así que, el hecho de vivir, en sí mismo, tiene un valor incalculable. Y seamos francos, los hay que tenemos el privilegio de vivir en lugares, que, si bien son muy mejorables en muchos aspectos, son un auténtico lujo si lo comparamos respecto a la mayoría del planeta. Confiar en tu valía por el mero hecho de que existas y que, por lo tanto, tu presencia no es banal es fundamental no perderlo de vista. Y en este sentido, agradecer que seamos, agradecer la vida es un acto de confianza en sí mismo.

 

Así que la confianza sería como un medio y cualidad mediante la cual, si contamos con ella, tendremos la convicción, el sentimiento, añadiría de ser y estar en lo que mejor nos va.
No es fácil sentir la confianza de forma sostenida. La vida no siempre es fácil y cuando crees haber aprendido según qué ocurre algo que te lo desmonta, o te lo cuestiona o te sugiere nuevas preguntas… y se emprende una nueva aventura donde forjar de nuevo la confianza o simplemente acudir a ella para saber que realmente sigue contigo, para lo bueno, para lo malo y para lo extraño.
Así que, si quieres a esta compañera contigo, no te queda otra que explorarte bien, conocerte y tener paciencia contigo. Las cosas importantes se aprenden con el tiempo…aunque no siempre nos regalamos el tiempo para verlas, descubrirlas o cuidarlas
Pero si te das este regalo, los beneficios de contar con ella son incalculables:
  • Tu curiosidad aumenta y descubres cosas que ni te imaginabas
  • Te sientes con el suficiente valor para hacer cosas que no te atrevías y de pronto decides que es el momento, que no hace falta esperar más, que apuestas también por tus anhelos.
  • Te sientes más relajado contigo y con los que te rodean. Esto no significa que confíes en todo el mundo, sino que tienes suficiente confianza como para saber a quién y a qué te merece la pena dedicar más tiempo, más atención y más energía, sin darle mayor importancia a según qué comentarios o actitudes que no van contigo
  • Puedes distinguir mejor qué te conviene más, a qué es mejor acercarte o de que es mejor alejarte. Es decir, autogestionas mejor tanto tu tiempo como tu energía y haces balances que te llevan a tu propio equilibrio.
  • Estás más receptivo a tu alrededor porque cuando confías dejas muchos miedos de lado, lo cual suele llevar a más apertura ante la vida y las oportunidades que te ofrece.
  • Te dejas llevar más por tu intuición sin por eso pelearte con tus razones porque van de la mano y no se miran de reojo la una de la otra.
  •  Aprendes a aceptar lo que depende de ti y lo que no depende de ti, en lo que puedes contribuir y en lo que no.
  •  Esto también te lleva a regar tu paciencia, una cualidad indispensable a desarrollar en tiempos de inmediatez.
  • Desarrollas más tus capacidades creativas como vimos anteriormente.
  • Eres más adaptativo a la hora de responder ante según qué situaciones por la sencilla razón que conoces bien tus cualidades y aptitudes y sabes a quien necesitas y con quien puedes contar para solventar según qué situaciones delicadas.

¿Sabes de qué está hecha tu confianza? ¿Sabes que puedes potenciarla?