En las empresas, sean grandes o pequeñas, suceden cambios en la composición de equipos ya sea por la partida de algún miembro o por la incorporación de nuevas personas.
Cuando esto ocurre, cambian las dinámicas grupales…hasta que no se convierten de nuevo en dinámicas de equipo. Hago esta distinción porque para que un equipo sea, necesita conocerse, necesita que cada cual entienda como trabaja el otro. Los que estaban conocen un histórico y unas inercias que los nuevos desconocen. Y cuando se aterriza en un nuevo trabajo, se requiere de un tiempo para hacerse con un espacio, con los tiempos de los nuevos compañeros, con las formas de trabajar. También sucede que las personas de nueva incorporación pueden entrar con formas de trabajar diferentes, tener una mirada más fresca e incluso innovadora que, si se sabe recoger, enriquecerá el equipo ya existente.
La integración de una persona en un equipo no puede quedarse solo con un manual de bienvenida, necesita de un intercambio con los compañeros, una comprensión global de la empresa. Necesita de un acercarse y conocer a quien llega, de saber de dónde viene, de cuales son sus ilusiones.
Y a menudo, en las empresas, las personas se quedan solo con la copla de su departamento, porque, demasiado a menudo hay poco trabajo de transversalidad que ayude a comprender holísticamente una empresa. En este sentido, formaciones interdepartamentales pueden ser muy útiles para poder comprender el trabajo de cada cual y comprender las potencialidades o limitaciones de la empresa en su conjunto, así como para descubrir nuevas fuentes de oportunidades.
Sin embargo, y a pesar de que nos llenamos la boca de hablar de comunicación interna para asegurarnos que los mensajes de una empresa lleguen a todo el mundo por igual, ¿nos planteamos si la comunicación va de esto realmente? La comunicación interna debería servir para que cada uno, desde donde trabaja, pudiera comprender qué hace otra persona en otra posición completamente distinta para poderse complementarse adecuadamente y generar dinámicas ya no solo de equipo sino de visión empresarial global.
Y más ahora que el contexto es altamente complejo con todas las consecuencias de la crisis económica que supone el entorno que ha generado la pandemia y lo que conllevará.
En este sentido, es importante comprender también que las personas que están teletrabajando pueden sentirse aisladas de sus equipos, por más reuniones on line que se hagan (que en muchos casos agotan porque aún no se saben dosificar) con lo cual es difícil integrar cambios en los mismos de manera que los nuevos puedan palpar el ambiente laboral y sentirse reconocidos, y los que llevan tiempo, entender, cuando no aceptar, las nuevas formas de trabajo de los nuevos compañeros.
Es preocupante la burocratización de las relaciones laborales que puede suponer el teletrabajo en la medida en que no se comunica adecuadamente, por ejemplo, los cambios que suponen nuevas incorporaciones y su papel en la organización, bajas de personal o cambios de dinámicas de trabajo. Si no se comunica adecuadamente puede generar suposiciones y malos entendidos que no ayudan a crear un clima de confianza en un contexto que se percibe, ya de por sí mismo, y como ya hemos comentado, altamente incierto. Y añadir temor a la incertidumbre no ayuda, precisamente, a ser ni más eficaces ni más eficientes.
Es por ello que resulta importante aprender a encontrar cauces de comunicación efectivas que permitan aclarar las cosas, y cualquier cambio en los organigramas, formas de trabajo o cambios de dirección, para que pueda ser comprendido por cada miembro de un equipo. De este modo, podrán entenderse los liderazgos que operan en la organización, podrán entenderse las dificultades así como las fortalezas compartidas. Solo así la individualidad de cada persona podrá expresarse de la mejor formas y los grupos podrán llegar a configurar verdaderos equipos.
¿Qué herramientas utilizas para generar equipo? ¿Qué espacios temporales les concedes? ¿Cómo aclaras a los integrantes de tu equipo los cambios que lideras y las implicaciones que conlleva? Porque, si solo enfocas el trabajo desde el punto de vista de las tareas y el rendimiento, estarás obviando lo que permite llevarlo a cabo de forma coherente: el factor humano.
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